REINA SOFÍA

La punzada al corazón que la Reina Sofía debió soportar en el funeral de la Reina Isabel

¿Cenizas quedan?
lunes, 19 de septiembre de 2022 · 16:49

La misa por el funeral de la Reina Isabel en la Abadía de Westminster tuvo de todo, especialmente encuentros inesperados y, por qué no decirlo, indeseados. Quizás no es el adjetivo adecuado para describir lo que tuvo que soportar la Reina Sofía, quien estuvo en la misma fila y separada de un gran amigo por una escasa distancia. Exactamente, por un amor de verdad.

Hablamos del Rey Harald de Noruega, quien asistió a la ceremonia religiosa en honor a la Monarca británica junto a su esposa, la Reina Sonia, quien fue ni más ni menos quien le ganó en la disputa romántica a la Emérita española, allá cuando todavía los años se contaban con no más de cuatro manos.

La Reina Sofía y Harald de Noruega separados por un amor verdadero. Fuente: (Instagram).

Ya es conocida la historia entre el Rey Vikingo y la Reina Sofía. Ambos tuvieron la posibilidad de ser marido y mujer y reinar juntos las tierras nórdicas. Los padres de cada uno negociaban el matrimonio, hasta que fue el propio Harald de Noruega quien decidió frenar todo ante la llegada de una mujer que logró cautivarlo hasta la locura, al punto de amenazar con renunciar al trono de no permitir su unión. Un desafío que condicionó a su antecesor que, sin más herederos directos, resolvió que triunfe el amor.

Fue después de aquel rechazo que a Doña Sofía no le quedó más remedio que contraer matrimonio con el Rey Juan Carlos, a quien según rezan algunos libros de autores conocedores de su historia, alguna vez llegó a amar profundamente. Solo hasta que el ahora Monarca exiliado en Abu Dabi eligiera transitar por otros caminos y experimentar romances secretos.

Un joven Harald de Noruega y la Reina Sofía. Fuente: (Es24).

Incluso, luego de aquella triste historia de amor no correspondido, la Reina Sofía guarda una genuina y estrecha amistad con su casi compañero de vida. De hecho, fue una de las Monarcas más preocupadas por su salud cuando se informó acerca de su último ingreso al hospital por una infección que logró superar en poco menos de dos semanas.

La Reina Emérita española hoy no solo tuvo que soportar sentarse cerca pero separada de un gran y querido amigo, pues no le quedó más remedio que compartir su espacio personal con quien podría considerarse el máximo responsable de las heridas de su pobre corazón, su todavía esposo por mandato real, el Rey Juan Carlos, quien ahora volverá a recluirse como desde hace dos años sin retorno aparente en el horizonte.