REINA SOFÍA

La Reina Sofía y la verdad detrás de su distante relación con Jaime de Marichalar

El exesposo de la Infanta Elena nunca convenció a la madre del Rey Felipe.
martes, 16 de agosto de 2022 · 04:00

El final de la historia de amor entre la Infanta Elena y Jaime de Marichalar le dejó un sabor amargo a la Reina Sofía, y es que cuando la esposa del Rey Juan Carlos conoció a quien sería el esposo de su hija este dejó una imagen impecable que con el paso del tiempo se fue deteriorando.

La hija de la Reina Sofía se encontraba instalada en París cuando conoció a Jaime de Marichalar, un joven que por aquel entonces se encontraba trabajando en la banca y que por aquellas fechas mostró las primeras falencias que habrían servido como muestra de lo que vendría con posterioridad en su relación con la Infanta Elena.

La hija de la Reina Sofía se unía en matrimonio con Jaime de Marichalar en 1994. Fuente: (Imagen de Archivo).

Jaime de Marichalar pertenecía a una aristocrática familia soriana, era el cuarto de los seis hijos del VIII conde de Ripalda, Amalio de Marichalar y Bruguera, desde el primer momento mostró una adicción que a la esposa del Rey Juan Carlos le llamó la atención, pues el padre de Victoria Federica ponía énfasis en el “de” de su apellido. Como si esto fuera poco añadió a su currículum oficial el título de economista, cuando no se había licenciado.

El vínculo entre la Reina Sofía y Jaime de Marichalar en un principio fue bueno, pero con el paso del tiempo se fue deteriorando. Fuente: (Instagram).

Lo que continuó en la relación de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar es historia que todos conocemos, y es que el padre de Froilán llegaba al domicilio conyugal a la hora de la hija de la Sofía de Grecia, comenzaba sus jornadas, lo cual reflejaba la distancia abismal que vivía su matrimonio.

Poco tiempo después, todo salía a la luz y el matrimonio de la hija de la Reina Sofía y Jaime de Marichalar llegaba a su fin, en un principio como “el cese temporal de la convivencia” y luego con el divorcio que liberaría al aristócrata de sus compromisos con Zarzuela.