Charlène de Mónaco
El preocupante mensaje que ha transmitido Charlène de Mónaco en su visita al Papa
Las imágenes lo dicen todo.
No es la primera vez que Charlène de Mónaco visita al Papa Francisco en El Vaticano, pero esta vez ha sido distinta. No solo porque en ocasiones anteriores había disfrutado del privilegio de blanco y esta vez se vistió de negro sino por razones mucho más trascendentes.
A diferencia de las últimas apariciones públicas donde la habíamos visto a la Consorte de Mónaco radiante y con un semblante alegre al lado de su esposo el Príncipe Alberto, esta vez ha sido todo lo contrario y las imágenes han dado a entender mensajes por lo menos para estar atentos.
No queda ninguna duda de que la Consorte de Mónaco ha retomado con ganas su papel institucional, luego de mantenerse un tiempo alejada de la opinión pública a consecuencia de sus problemas de salud, tanto físicos como emocionales.
Es más: Charlène de Mónaco se ha dejado ver en varias ocasiones en los últimos días y había dado muestras de haberse recuperado como Consorte y había sido capaz de tranquilizar al pueblo monegasco luego de su preocupación por ella a raíz de su retirada.
La preocupación volvió al ver a una Charlène de Mónaco con su rostro serio y cabizbajo, luego con la mirada en el cielo y también lágrimas al momento de acercarse al Papa Francisco en la audiencia privada que le ha concedido el Sumo Pontífice a la pareja.
Apenas el pasado martes 12 de julio, la exnadadora había dado muestras de recuperación física y anímica cuando sorprendió a los visitantes del palacio real de Montecarlo, la residencia de los Grimaldi del siglo XII, inaugurado tras una década de reformas, y allí ejerció de guía turística ante la atónita mirada de los curiosos. ¿Qué le pasa a Charlène de Mónaco? ¿Debemos preocuparnos nuevamente?
